Lo que es el quinto Regimiento nunca pierde; no decían los de ése Batallón cuando a Morelos dispusieron los rebeldes sitiarlos en la ocasión sobre las torres y azoteas se veían alegres, haciendo alarde de instrucciones porque pensaban que entrarían pero muy breve toditos en montón.
¡Jesús! ¿qué haremos con Guajardo, el león furioso? ya no es posible soportarlo en realidad, les aseguro que algún día nos vuelve locos con tanto susto y carreras que nos da.
Adentro, rifleros, vamos al combate, a dar grandes pruebas de nuestro valor, no les causen miedo los míseros yaquis ni el ligero toque de su cruel tambor.
Oye, público ilustrado, el canto de una alma grata que he dedicado estos versos a don Emiliano Zapata, cuyo hombre tomó las armas en el feliz mes de enero para defender la causa de don Francisco I. Madero.
Saludo, oh Patria mía, la tumba de los Héroes que están en gloria eterna gozando en dulce paz, para ensalzar el nombre de Hidalgo y otros héroes y bendecir la historia que hoy vine a consagrar.
Voy a recordar del 13 de agosto de mil quinientos veintiuno en que a conquistar vino el asqueroso
Cortés a este suelo puro; fue Tenochtitlán el sitio luctuoso, que contempló taciturno una mortandad que llenó de gozo
al trono ibero y de orgullo
Varios correos cruzaban yendo de un cuartel a otro, Jesús Salgado ordenaba que al instante fueran pronto, generales y oficiales a conferenciar al quiosco.